Soy dermatóloga, no especialista en arte, por lo que Medicina, Piel y Arte, será la versión de un médico e intentará desde esa perspectiva mostrar la representación de la dermatología, y otras especialidades médicas, en manifestaciones artísticas como la pintura, grabado, cerámica, escultura, poesía etc.
La primera parte ¡cómo no! será para la piel, con sus características histológicas y anatómicas, y se centrará en los tres parámetros que mejor la definen: tacto, color y textura, que son los responsables de la imagen de una persona, que es la que aparecerá, a su vez, reflejada en el arte.
POSTs ‘MEDICINA, PIEL Y ARTE’
POST 1: LA PIEL
ALAIDE FOPPA
(Barcelona, 1914- 1980)
La piel
Es tan frágil la trama
que la rasga una espina,
tan vulnerable
que la quema el sol,
tan susceptible
que la eriza el frío.
Pero también percibe
mi piel delgada
la dulce gama
de las caricias,
y mi cuerpo sin ella
sería una llaga desnuda.
La piel es el tejido orgánico que recubre la totalidad del cuerpo humano, dando lugar a la superficie corporal.
En ella se diferencian tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.
I.- Epidermis
La epidermis constituye la parte externa y visible de la piel. Su color es variable, dependiendo de la raza, la exposición al sol, las enfermedades etc., de cada individuo. A su vez está formada por Estrato basal; Estrato espinoso o de Malphigio; Granulosa; Estrato lúcido; y Capa cornea.
En la epidermis, que no es un tejido estático sino una estructura viva, tiene lugar el proceso de queratinización, en el que las células epiteliales (queratinocitos) producidas en la capa basal van ascendiendo empujadas por las nuevas, hasta llegar a la capa cornea donde se convierten en células muertas cornificadas y son descamadas, por la constante renovación celular.
Además, en este epitelio estratificado se encuentran otros tipos celulares: los melanocitos (células dendriticas que sintetizan melanina), las células de Langerhans (involucradas en reacciones inmunológicas) y las células de Merkel (actúan como receptores sensitivos).
II.- Dermis
La dermis, situada debajo de la epidermis y responsable de la nutrición y la consistencia de la piel, es un tejido conjuntivo muy vascularizado e inervado.
Su estructura está constituida por un tejido conjuntivo en el cual se encuentran gran cantidad de fibras (colágenas que son las responsables de la elasticidad y resistencia de la piel, elásticas y reticulares), células (fibrocitos, histiocitos y mastocitos), y sustancia intercelular (mucopilosacáridos como el acido hialurónico, o el condroitinsulfúrico).
Su interior rico en vasos sanguinos, vasos linfáticos y receptores sensoriales es, además, el soporte de los anejos cutáneos: folículos pilosos, glándulas sebáceas, y glándulas sudoríparas apocrinas y ecrinas.
III.- Hipodermis
La hipodermis, la capa más profunda de la piel, situada por debajo de la dermis, es un tejido conjuntivo compuesto por células grasas separadas por tabiques fibrosos que conecta con las formaciones subyacentes. Su misión es mantener la temperatura y la energía corporal.
La piel no es una simple capa externa que recubre el cuerpo, sino que nos protege frente al medio ambiente. Su fin principal es la adaptación y la conexión del individuo con el exterior, siendo sus funciones más importantes:
– Función barrera: actuando como una protección mecánica para obstaculizar la penetración de gérmenes y sustancias tóxicas, químicas y físicas en el organismo.
– Función de termorregulación: ya que través del sudor, con su evaporación, permite al organismo tener una temperatura constante.
– Función de relación: porque, a partir de las terminaciones nerviosas, nuestra piel es el órgano del sentido del tacto, y así mismo porque el aspecto externo del individuo, es decir, la estética del cuerpo humano, está en buena parte condicionada por el color y la textura de la piel.
Estas características que constituyen la función de relación de la piel, con el sentido del tacto y su color y textura, son las responsables de la imagen de una persona y serán las que se encuentran representadas en el arte.
RECEPTORES SENSORIALES
También la piel posee una tupida red de terminaciones nerviosas distribuida por toda su superficie. En ella se encuentran dos tipos de fibras nerviosas:
a) Nervios sensitivos que a través de una serie de receptores específicos trasmiten las sensaciones del tacto, la presión, el dolor y la temperatura.
b) nervios motores que intervienen en la termorregulación e inervan a los vasos, las glándulas sudoríparas y los músculos erectores del pelo.
Los receptores sensoriales responsables de la sensibilidad cutánea son:
- Tacto: corpúsculos de Merkel y Meissner (localizados en puntos donde la sensibilidad táctil es muy intensa como pulpejos, labios y folículo piloso) y las terminaciones nerviosas relacionadas con el folículo piloso.
- Calor, frio y dolor: corpúsculos Ruffini, de Krause y las terminaciones nerviosas libres.
- Presión: corpúsculos de Vater.
El tacto es el último sentido, el que permite distinguir lo irreal de lo real, ya que con él, sin ningún tipo de mediación, entramos en relación directa con las personas y los objetos lo que hace posible apreciar las formas, tamaño y consistencia sin necesidad de verlos. Este tipo de percepción se le denomina estereognosia. El órgano privilegiado del tacto es la mano. Aunque en el cuerpo hay otras zonas más sensibles que pueden transmitir sensaciones de placer y dolor con mayor intensidad, la mano es la parte que nos hace valorar con más rapidez y precisión el objeto que examinamos. En ella se encuentran los dermatoglifos o huellas dactilares, características de cada individuo que son la base de la identificación dactiloscópica.
POST 2: EL TACTO
C. P. CAVAFIS
(Alejandría, Egipto, 1863-1933)
Vuelve
Vuelve otra vez y tómame,
amada sensación vuelve y tómame
cuando se despierta la memoria del cuerpo,
y un viejo deseo recorre la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan,
y las manos sienten que aún te tocan.
Vuelve otra vez y tómame en la noche
cuando los labios y la piel recuerdan ….
La obra se encuentra en la villa tardo-romana del Casale, en la localidad siciliana de Piazza Armerina. Ubicada en el pavimento de las salas del dominus, la alcoba de la Escena erótica, da nombre a una de las habitaciones más famosas de la villa.
El mosaico es un dodecágono con una corona de laurel donde se enmarca la escena. En ella aparecen dos jóvenes; el hombre de frente, sostiene una fuente con frutas a la vez que abraza a la mujer, que de espalda muestra sin pudor su desnudez mientras acaricia con delicadeza la cara de su amante.
MAESTRO DEL FONDO
Codex Manesse, 1310-1340
Manuscrito medieval iluminado
Heidelberg, Biblioteca de la Universidad
Codex Manesse es un manuscrito medieval copiado e iluminado, y la fuente más importante de la poesía lírica alemana, Minnesang, durante los siglos XII y XIII.
El donante tal vez proceda del circulo de la familia patricia Manesee que ha dado nombre al códice, o de la familia de los condes de Turgavia. Dedicado al rey de Bohemia, Wenceslao II, el manuscrito, en el que intervinieron al menos diez copistas y cuatro iluminadores, contiene las obras de ciento cuarenta poetas, y está iluminado con ciento treinta y siete miniaturas de página entera que se complementan con las obras del autor. En ellas aparece su retrato, en escenas corteses o guerreras descritas en los poemas, su nombre y el escudo de armas. El orden de aparición se rige por el principio medieval de la jerarquía social, comienza por un emperador, al que le siguen reyes, duques, condes y caballeros.
La miniatura, en la que se refleja una de las escenas amorosas más hermosas del manuscrito, está dedicada al poeta Konrad von Altstetten, nacido en el valle del Alto Rin y documentado entre los años 1320 y 1327.
La dama acoge en su regazo y acaricia al caballero, inclinando la cabeza para apoyar su mejilla en la de su amante. Éste la mira extasiado mientras da de comer a un halcón (símbolo del poeta cortesano) posado en su mano izquierda. El fondo está ornamentado con pámpanos de rosas rojas, y en el tercio superior se encuentra el escudo de armas, el yelmo y el penacho que identifican al poeta.
La lamina procede de la mano del Maestro del Fondo, que iluminó ciento diez miniaturas, siendo fácilmente reconocible por el marco con dibujos de bandas de intensos colores (azul, rojo y dorado) y porque las figuras siguen el ideal de belleza del alto gótico.
Tacto
Tapiz medieval, siglo XV
París, Museo de Cluny
Tacto es uno de los seis tapices que integran el ciclo La dama y el unicornio, considerado como una de las más importantes obra del arte medieval europeo.
Fueron confeccionados en Flandes a finales del siglo XV, tienen un tamaño aproximado de 3, 5 x 3, 5 metros, y pertenecen al estilo mille-fleurs. En todos los tapices de la serie aparece una dama acompañada de un unicornio y un león.
En la Edad Media representar a una dama joven y a un unicornio estuvo de moda, la escena inspiró multitud de grabados y tapices. El unicornio, animal mitológico por excelencia, descrito desde la antigüedad como un ser indomable, esquivo y salvaje, capaz de los mayores logros con su poderoso cuerno espiral, es trasformado en esta época en un animal dócil y pacífico, al que una doncella virgen puede domesticar.
Cinco de los tapices han sido valorados como una alegoría de los sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto; el sexto, difícil de interpretar, lleva una misteriosa inscripción, À mon seuil désir (a mi único deseo, con mi solo deseo).
El tapiz que representa el sentido del tacto muestra en el centro de la escena a una dama ricamente ataviada que toca delicadamente con su mano izquierda el cuerno del unicornio y con la derecha sujeta el mástil de un banderín en el que aparecen las armas del comitente Jean Le Viste, noble de la corte del rey Carlos VII. Frente a ella se encuentra el león que gira la cabeza y observa atentamente
El tapiz, cómo todos los de la serie, está tejido con hilos de lana y seda en colores bermellón, dorado, verde y azul, y tiene un fondo decorado con motivos florales y pequeños animales domésticos y salvajes que parecen ser espectadores de lo que está aconteciendo.
DURERO
Cristo entre los doctores, 1506
Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza
Cristo entre los doctores fue pintado por Durero en 1506, durante su segundo viaje a Italia, cuando ya era considerado uno de los grandes maestros de la pintura del norte de Europa. La escena ampliamente representada en el arte, se basa en un pasaje descrito en el Evangelio de San Lucas y en el Evangelio árabe de la infancia. El episodio tiene lugar durante la fiesta de la Pascua Judía, cuando Jesús con doce años acompaña a sus padres a Jerusalén. Durante tres días permaneció perdido, y fue hallado en el templo conversando con los doctores y teólogos judíos.
La obra muestra a seis doctores que rodean a Jesús formando un círculo. Todas las figuras están pintadas de medio cuerpo, y algunas, como la del rabino que cubre su cabeza con una cofia blanca, tienen rasgos caricaturescos contrastando con la hermosa y juvenil figura de Jesús.
La pintura es un estudio preciso y magistral de las manos que son las partes del cuerpo que trasmiten el sentido del tacto por excelencia, y han sido objetos de una atención especial por el artista ya que cinco de los siete personajes las muestran, sobresaliendo las del anciano situado en primer plano a la derecha, que sujetan suavemente el libro sagrado mientras escucha atentamente las respuestas de Jesús. Tanto las manos envejecidas y artrósicas del rabino como las manos juveniles de Jesús niño con los pulpejos de sus dedos índice y pulgar juntos para contar, centran la escena y son el foco de atención del cuadro.
JAN SAENREDAM
El tacto (Los cinco sentidos) 1595- 1596
Viena, Graphische Sammlung
Jan Pieterszoon Sanredam (Zaandam,1565-Assendelft,1607) importante pintor, grabador y cartógrafo holandés, realizó unas 170 planchas para grabados. Algunas de las láminas fueron de su propia invención y otras copias de dibujos de otros autores.
El tacto es un grabado perteneciente a la serie Los cinco sentidos basado en los grabados de Hendrick Goltzius. En él una pareja de amantes se miran con pasión mientras acarician con sus manos la piel.
MANUEL ALTOLAGUIRRE
(Málaga, 1905- Burgos, 1959)
Las caricias
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
¡Qué acordes tan profundos!
¡Qué escalas de ternuras,
de durezas, de goces!
Nuestro amor silencioso
y oscuro nos eleva
a las eternas noches
que separan altísimas
los astros más distantes.
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
JOSÉ DE RIBERA
El Tacto, 1615
Pasadera (California), Norton Simon Foundation
El tacto, perteneciente a una de las series de los sentidos, fue pintado por Ribera durante su etapa juvenil en Roma (de 1613 a 1616). Este hecho está documentado en 1620 por el médico Giulio Manzini, biógrafo de los artistas de su época, quien en su Considerazioni sulla pinttura alude a cinco figuras de medio busto que representan los sentidos para un destinatario español desconocido.
En el retrato, el personaje, un hombre ciego sentado de perfil y estático, sostiene en sus manos la cabeza de una escultura que palpa cuidadosamente, en un intento de precisar y definir el objeto que toca. Su rostro está iluminado por una luz fría e irreal, que se recorta sobre una profunda sombra y sobre un fondo indefinido.
EL TACTO (CONTINUACIÓN):
Nuevo post con ejemplos de la representación del TACTO en el arte. En esta ocasión, seguimos repasando el tacto en cuadros como, entre otros, ‘El tacto’ de Brueghel el Viejo (con la colaboración de Rubens), o ‘El Beso’, de Alma-Tadema (considerado como el pintor más famoso del periodo victoriano). Continuar Leyendo para acceder a la siguiente entrega: «El tacto»…