Visita a la exposición antológica de Miquel Barceló, El Arca de Noé

Desde hace cuatro meses se puede visitar en Salamanca la exposición antológica de Miquel Barceló El Arca de Noé, que forma parte de los actos de conmemoración del VIII Centenario de la Universidad de esta ciudad.

La exposición consta de unas ochenta obras entre pinturas, esculturas, cerámicas, y acuarelas que el artista ha realizado en los últimos años, por lo que muchas de ellas son inéditas en España.

Escuelas Menores. Salamanca. Escapada a la exposición antológica de Miquel Barceló, "El Arca de Noé".

Para el que no conozca bien la ciudad, lo mejor es situarse en la Plaza Mayor donde se encuentra la escultura Gran elefant dret, un elefante de ocho metros que se sostiene sobre la trompa.

Desde aquí la visita puede comenzar con dos edificios colindantes: Sala de exposiciones Hospedería Fonseca, que muestra pinturas y acuarelas de diferentes temáticas y estilos de Barceló, y el Colegio Arzobispo Fonseca, con un precioso patio plateresco y en cuya capilla, con retablo de Alonso Berruguete, se expone la pintura que da nombre a la exposición, El Arca de Noé.

Si se tiene tiempo, a la salida de la Hospedería, se pueden ver dos películas sobre el performance Paso Doble. En ellas Barceló, junto al coreógrafo Josef Nadj, muestra el proceso creativo de una obra artística realizada en arcilla. Abstenerse claustrofóbicos y el que avisa no es traidor.

Después, callejeando, acercarse hasta el Patio de las Escuelas Menores donde sus 14 Allumettes, esculturas en bronce que están plantadas en el césped, imitan a un bosquecillo, y, por último, visitar su sala de exposiciones, en la que se encuentra una serie de 26 acuarelas (2001-2003), que Barceló realizo para ilustrar la Divina comedia. Al lado, en el patio del Palacio de Anaya, está la escultura Le grand écouteur (cerrado sábados y domingos).

Volver a la Plaza Mayor, para hacerse una foto ante el Gran elefant dret y tomarse un descanso en una de sus terracitas.

La exposición se acaba el uno de octubre, aun da tiempo de ir. Si no os atrae mucho el arte moderno es igual, porque las obras se encuentran repartidas por la ciudad lo que obliga al visitante a pasear por una Salamanca esplendida, que al atardecer reluce como si fuera de oro, y no es una metáfora es un hecho real ya que sus piedras rojizas a esas horas crepusculares se vuelven doradas.

 

 

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